¿Qué haces cuando los demás se ponen de mal humor contigo? ¿O te hablan con dureza? ¿O incluso se pelean contigo?
¿Cómo reaccionas cuando alguien te insulta o incluso te trata mal? ¿Le castigas? ¿Te quejas de ella? ¿Te proteges la próxima vez?
Prueba esto --- de Jesús: "Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas.” Según Jesús, si te hacen daño, ¡tienes la responsabilidad de arreglar las cosas!
¿Por qué? Porque eres tú quien sufre. Porque mientras tú pasas noches en vela esperando una disculpa, ¡esa persona desagradable y mezquina está durmiendo a pierna suelta! Puede que ni siquiera sepa que te ha hecho daño.
Jesús dice que no esperes a que la otra persona venga a ti, ve tú, dile cómo te ha herido. Diles la verdad. ¡Diles que lo que hicieron estuvo mal! ¡Ve y habla con ellos directamente!
Jesús da una serie de pasos para la resolución de conflictos en el Evangelio de hoy que son verdaderamente revolucionarios. Si tan sólo los probáramos.... Jesús dice: "Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos.” Eso es importante.
Las personas que se hacen daño no se reúnen. Jesús quiere que rompamos esa hostilidad causada al herirnos unos a otros. Jesús quiere que nos reconciliemos unos con otros. Cuando nos reunimos en oración como hacemos aquí, cuando le damos a alguien una 77ª oportunidad, cuando le decimos "lo siento", cuando recompensamos cualquier pequeño signo de apertura por su parte con una amabilidad por la nuestra parte —- Jesús está presente. Jesús está con nosotros.
P. Mark Zacker
Párroco
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