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Spring/ La Primavera

Updated: Apr 26




Spring weather can be unpredictable.  Remember last weekend!  Daffodils and crocuses begin to emerge during days of temperatures in the 60s and 70s, only to be startled by a plunge into the 30s or 40s and even a little more snow!  Springtime’s arrival ebbs and flows.  One day it’s sunny and warm, birds begin to sing, and the next day we plunge back into the cold.  Our journey with God is sometimes like this, too.  Life’s surprises carry us along!


Our spiritual journey can be like flowers that are sleeping during winter in fertile soil.  In the Spring, the flowers respond to the power of photosynthesis.  As sprouting seeds, they move through the warming soil - often past rocky barriers.  Yet, they find their way into fresh air and full sunlight and flourish.  


For us, the season of Lent was an opportunity to find fertile time to deepen our awareness of our spiritual life that connects with God.  Easter might be seen as the stimulus that awakens us to God’s grace.  While God’s grace is always present, Lent and Easter are great times for us to respond with renewed growth.  With the Risen Christ, we can lift our minds and hearts to the promise of eternal life.


Just as Spring’s warmer temperatures bring renewed life and energy, I pray that your visits here at St. Francis bring you spiritual growth.  It’s so easy to get accustomed to the daily tasks and the hourly responsibilities that drive our time and energy, both physically and spiritually.  I pray that your coming to St. Francis helps re-energize and invigorate your mind, body, and soul.  Reflect on Jesus’ words from today’s Gospel:  “I am the vine; you are the branches. If you remain in me and I in you, you will bear much fruit” (John 15:5).


I found this little poem, “Spring Blessings,” by Joyce Rupp and Macrina Wiederkehr.  I hope you see it in your spiritual journey:


Blessed are you, Spring, 

bright season of life awakening.

You gladden our hearts 

with opening buds and returning leaves 

as you put on your robes of splendor.  


Fr. Mark Zacker

Pastor



El tiempo primaveral puede ser imprevisible.  ¡Recuerda el fin de semana pasado!   Los narcisos y los azafranes comienzan a emerger durante días con temperaturas de entre 60 y 70 grados, sólo para ser sorprendidos por una caída en picado hasta los 30 o 40 grados, ¡e incluso un poco más de nieve!  La primavera llega con altibajos.  Un día hace sol y calor, los pájaros empiezan a cantar, y al día siguiente volvemos a sumergirnos en el frío.  A veces, nuestro camino con Dios también es así.  Las sorpresas de la vida nos arrastran.


Nuestro camino espiritual puede ser como las flores que duermen durante el invierno en tierra fértil.  En primavera, las flores responden al poder de la fotosíntesis.  Como semillas que brotan, se mueven por el suelo que se calienta, a menudo superando barreras rocosas.  Sin embargo, encuentran el camino hacia el aire fresco y la luz del sol y florecen.  


Para nosotros, el tiempo de Cuaresma fue una oportunidad de encontrar un tiempo fértil para profundizar en la conciencia de nuestra vida espiritual que conecta con Dios.  La Pascua podría considerarse como el estímulo que nos despierta a la gracia de Dios.  Aunque la gracia de Dios está siempre presente, la Cuaresma y la Pascua son tiempos propicios para que respondamos con un crecimiento renovado.  Con Cristo resucitado, podemos elevar nuestras mentes y nuestros corazones a la promesa de la vida eterna.


Así como las temperaturas más cálidas de la primavera traen vida y energía renovadas, rezo para que sus visitas aquí en San Francisco les traigan crecimiento espiritual.  Es tan fácil acostumbrarse a las tareas diarias y a las responsabilidades de cada hora que manejan nuestro tiempo y energía, tanto física como espiritualmente.  Rezo para que tu venida a San Francisco te ayude a re-energizar y vigorizar tu mente, cuerpo y alma.  Reflexiona sobre las palabras de Jesús en el Evangelio de hoy:  “Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante." 

(Juan 15,5).


Encontré este pequeño poema, "Bendiciones de Primavera," por Joyce Rupp y Macrina Wiederkehr.  Espero que puedas verlo en tu vida espiritual:


Bendita seas, Primavera, 

brillante estación del despertar de la vida.

Alegras nuestros corazones 

con los brotes que se abren y las hojas que vuelven 

mientras te pones tu túnica de esplendor.  


Padre Mark Zacker 

Párroco 


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