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Amar A Nuestros Enemigos



Jesús continúa su Sermón del Monte- probablemente su predicación más

larga e importante- desvelando nuevas exigencias de la ley del amor. En el Evangelio de hoy, nos pone delante una de las más difíciles de entender y aún más difícil de vivir: no plantar cara a los que nos ofenden, amar a nuestros enemigos y hacer el bien a los que nos persiguen. ¿Cómo podemos vivir así?

Se cuenta una historia de San Francisco de Asís, el patrón de nuestra parroquia. Un día le robaron unos ladrones. Huyó, y le persiguieron hasta la cueva donde vivía. Una vez allí, se dio la vuelta y, sonriendo, les ofreció la poca comida que tenía. Compréndanlo, Francisco tenía poco que perder; su único deseo era más bien ganar para Cristo el corazón de los

que le habían robado. Imagínate. ¿Podemos vivir así? ¿Podemos vivir de modo que sólo deseemos ganar para Cristo los corazones de los que nos rodean?

La única persona capaz de cumplir las palabras del Señor en el Evangelio es la que, como San Francisco de Asís, ha renunciado a todo y no quiere quedarse con nada en este mundo. No podrás poner la otra mejilla si no has renunciado a tu orgullo. No podrás dar tu camisa si no has renunciado a comprarte un abrigo nuevo. No podrás recorrer dos millas con quien te pregunte si no has renunciado a tu tiempo. Y no podrás ganar a otros para Cristo si, primero, no has renunciado a todo lo demás en este mundo.

Este miércoles es Miércoles de Ceniza, el comienzo del tiempo de Cuaresma una vez más. ¿A qué renuncias? Escucharemos de nuevo la llamada a la oración, al ayuno y a dar la limosna. ¿Qué diferencia habrá si comes una sola vez el miércoles y te abstienes de comer carne el Miércoles de Ceniza y todos los viernes de Cuaresma? ¿Qué harás con tu hambre? ¿Tu malestar? ¿Tu tiempo y dinero extra? La oración, el ayuno y la limosna sirven para acercarse a Jesús, para imitarle en su entrega radical de amor al Padre. Eso es exactamente lo que hizo San Francisco de Asís.

Nuestro Campaña Ministerio Diocesana es solamente una sola sencilla oportunidad para practicar este tipo de renuncia. ¿Has hecho ya tu donativo? El objetivo de nuestra parroquia es de 190,000 dólares. ¿Qué tan generoso eres tú?

San Francisco de Asís, ruega por nosotros.

Padre Mark Zacker

Párroco

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