Every Sunday we gather together for a day of rest, a holy day. The purpose of our National Eucharistic Revival is to bring everyone back to this basic awareness.
In today’s Gospel, Jesus himself recognizes the need for his disciples to withdraw and rest. In our daily lives we often find ourselves giving and giving, attending to the needs of others, and often neglecting our own well-being. Jesus shows us that it is essential to find moments of quiet and rest to renew our strength. Remember, to care for others, we must first care for ourselves, and sometimes, like the first disciples, we don’t even leave time to eat!
See how Jesus takes care of us! His compassion is not just a feeling of pity but a concrete action: “he began teaching them many things.” Jesus, with his great love, makes himself present during the most urgent needs of the crowd. In our daily lives and ministry, we can trust that Jesus takes care of our concerns, giving us the space to be renewed in his love. Jesus cares for us, offering us even His Body and Blood, the assurance of his presence where our spirit can rest.
Look at Psalm 23 today which says:
"The Lord is my shepherd; I lack nothing.
He makes me lie down in green pastures,
he leads me beside quiet waters,
he refreshes my soul."
In this beautiful psalm full of hope, we find assurance of rest and renewal. Jesus invited his disciples to a solitary place to rest, and the psalm reminds us that God leads us right here every Sunday to His Church. It is essential to find these moments of tranquility in the presence of the such great love in order to renew our strength. Let us allow ourselves to rest in the green pastures and beside the quiet waters that God offers every Sunday. Invite a friend!
Fr. Mark Zacker
Pastor
Cada domingo nos reunimos para un día de descanso, un día santo. El propósito de nuestro Renacimiento Eucarístico Nacional es que todos volvamos a esta conciencia básica.
En el Evangelio de hoy, Jesús mismo reconoce la necesidad de que sus discípulos se retiren y descansen. En nuestra vida cotidiana nos encontramos a menudo dando y dando, atendiendo a las necesidades de los demás, y a menudo descuidando nuestro propio bienestar. Jesús nos muestra que es esencial encontrar momentos de quietud y descanso para renovar nuestras fuerzas. Recuerda que, para cuidar de los demás, primero debemos cuidar de nosotros mismos, y a veces, como los primeros discípulos, ¡ni siquiera dejamos tiempo para comer!
¡Mira cómo nos cuida Jesús! Su compasión no es sólo un sentimiento de lástima, sino una acción concreta: "se puso a enseñarles muchas cosas". Jesús, con su gran amor, se hace presente en las necesidades más urgentes de la multitud. En nuestra vida cotidiana y en nuestro ministerio, podemos confiar en que Jesús se ocupa de nuestras preocupaciones, dándonos el espacio para renovarnos en su amor. Jesús cuida de nosotros, ofreciéndonos incluso su Cuerpo y su Sangre, la seguridad de su presencia donde nuestro espíritu puede descansar.
Miren hoy el Salmo 23 que dice:
"El Señor es mi pastor; nada me falta.
En verdes praderas me hace reposar,
y hacia fuentes tranquilas me conduce,
para reparar mis fuerzas".
En este hermoso salmo lleno de esperanza, encontramos la seguridad del descanso y la renovación. Jesús invitó a sus discípulos a un lugar solitario para descansar, y el salmo nos recuerda que Dios nos conduce aquí mismo, cada domingo, a su Iglesia. Es esencial encontrar estos momentos de tranquilidad en presencia del amor tan grande para renovar nuestras fuerzas. Permitámonos descansar en los verdes praderas y hacia fuentes tranquilas que Dios nos ofrece cada domingo. ¡Invita a un amigo!
Padre Mark Zacker
Párroco
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